Por: Ricardo Bonilla, presidente de Findeter
Tal como está diseñado el sistema pensional colombiano, la posibilidad de acceder a una pensión no supera el 25% de los adultos mayores. Sin embargo, esa proporción parece optimista frente a lo que pueda suceder con los miembros de una cohorte en Colombia, la de los nacidos en 1960, cuando se estimaba en 16 millones la población nacional, la tasa de natalidad de 46 por mil y la de fecundidad en 6,7%.
Para ese año, aun cuando el DANE ya no tiene reportes históricos relacionados, se estimaba la distribución poblacional en 49,5% hombres y 50,5% mujeres, cifra inferior a la actual, donde se acentúa la mayoría femenina con el 51,2%, unos nacimientos de 680.000 personas y defunciones de 190.000, para un incremento real anual de la población de 490.000 colombianos. Estas estimaciones son consistentes con el Censo del DANE de 1964, que arrojó un total de 17,5 millones de habitantes.
Para 1960, la esperanza de vida al nacer era de 55 años para los hombres y de 59 años para las mujeres, con lo que el promedio alcanzaba los 57 años, 20 años por debajo de lo que se reporta hoy (74 años para los hombres y 80 para las mujeres, con un promedio de 77 años).
Esa cohorte, que actualmente tiene 62 años efectivos de vida, exhibió un aumento en su esperanza de vida, impulsado por la reducción en las tasas de mortalidad, así como por la mejora en los tratamientos para enfermedades crónicas.
Tras la exposición de estas cifras cabe preguntarse, ¿cuántos de los nacidos en 1960 continúan vivos?, ¿cuántos podrán acceder a una pensión?, ¿qué pasará con el resto? A partir de los requisitos de pensión y de la edad establecida para acceder a ella (57 años para las mujeres y 62 para los hombres), estableceremos las cohortes respectivas por género y trataremos de responder los interrogantes planteados.
La respuesta a estos interrogantes la encuentra en el artículo completo publicado en la edición No.37 de nuestro boletín Contexto Económico.