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Cuál fue el papel de la banca de desarrollo durante la pandemia del Covid-19

14 de Febrero de 2023

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Desde hace décadas los bancos de desarrollo han estado presentes, especialmente en los países en desarrollo, donde han buscado convertirse en un aliado clave para el Estado en la canalización de recursos, estructuración y ejecución de proyectos estratégicos para la consecución de los objetivos de las políticas públicas.

 

Recientemente, tras la irrupción de la pandemia del Covid-19 el interés por estas entidades surgió nuevamente, reconociendo que son actores clave para la canalización de recursos hacia sectores que promueven de manera directa el desarrollo socio económico y pueden ser afectados por diversas fallas de mercado.

 

Estas entidades usualmente cuentan con una participación predominante del Estado, que según el país utilizan una combinación de créditos de redescuento, líneas directas de crédito y asignación de garantías, instrumentos que se utilizan con sectores y contrapartes específicas.

 

En este sentido, las operaciones de la banca de desarrollo se han concentrado tradicionalmente en actividades con mayores restricciones de crédito por problemas de información asimétrica y/o falta de garantías (actividades rurales y empresas de menor tamaño), sectores donde son necesarios instrumentos y créditos de largo plazo (infraestructura) y actividades que se consideran prioritarias para la inserción exitosa de la economía local en la mundial (comercio exterior, exportaciones no tradicionales).

 

Municipios de todas las regiones del país se benefician de la banca de desarrollo.

Las características de propiedad y concentración en sectores con mayores restricciones de crédito permitieron que las bancas de desarrollo ejercieran un papel contracíclico importante durante la pandemia del Covid-19. Durante este periodo se crearon nuevas líneas de crédito que facilitaron el acceso al financiamiento de largo plazo, contribuyendo así a la moderación del impacto económico de la pandemia en sectores y agentes vulnerables, y a la posterior reactivación económica. En el caso de Colombia, los desembolsos presentaron un incremento del 30% en 2020 frente al año anterior. 

 

Ahora bien, la modernización de los sectores y los cambios en las necesidades de la sociedad han llevado a un nuevo enfoque en la labor de las bancas de desarrollo. Un ejemplo de ello es la preocupación que existe por la financiación de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), la cual ha cobrado relevancia en los últimos años y ha sido encargada a estas entidades dada la naturaleza de su objeto social. En este sentido, las financieras de desarrollo en Colombia han aunado esfuerzos para alinearse con el plan de desarrollo del país y la Agenda 2030. 

 

Dado el papel que están retomando las bancas de desarrollo, sus nuevos roles y la mayor amplitud de instrumentos con que se han dotado, es fundamental que se establezcan buenas condiciones y criterios de gobernanza, que aseguraren que su acción está en línea con la corrección eficiente de las “fallas del mercado” sin incurrir en “fallas del gobierno” que disminuyan la efectividad de su gestión. 

 

La Dirección de Estudios Económicos de Findeter elaboró un informe sobre la banca de desarrollo en América Latina y su papel en la pandemia del Covid-19 en Colombia, lo invitamos a consultarlo.