Casos de exito

Planta desalinizadora, una realidad para mejorar la vida de los sanandresanos

16 de Julio de 2024

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Abrir la llave de su casa y encontrar el agua saliendo por el grifo, sin tener que esperar a llenar las cisternas con agua lluvia, fue para Bielka Lever una de las experiencias más alentadoras a sus 65 años. Casi no lo podía creer, ahora era una realidad. Desde que tiene uso de razón, era testigo de las peripecias que hacían sus papás, abuelos y vecinos para acceder al líquido.

 

En el pasado, habría tenido que esperar la temporada de precipitaciones para llenar las cisternas con agua lluvia, acudir a los pozos subterráneos de uso común, contratar los carros cisterna, comprar botellones, bolsas de agua y si las anteriores opciones no funcionaban, esperar aproximadamente 20 días a que llegará el suministro del acueducto.

 

Históricamente, la isla de San Andrés ha tenido problemas de abastecimiento de agua. De hecho, sus habitantes han tenido que ingeniárselas para conseguir el preciado líquido. No importa, si es abriendo pozos en lo más profundo de la tierra o recolectando agua lluvia.

 

Ahora todo esto quedó en el pasado, gracias a la planta desalinizadora de 50L/s que capta agua del mar y a través de un proceso de ultrafiltración y ósmosis inversa la convierte en agua potable apta para el consumo humano.

 

 La infraestructura entró en funcionamiento en diciembre de 2022, y la obra fue ejecutada en el marco del programa de Apoyo al Desarrollo Sostenible del Departamento del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, en su componente de acceso a los servicios de agua y saneamiento básico.

 

 Consiente el Gobierno nacional de saldar una deuda histórica que tenía con los habitantes de la isla, que por décadas tuvieron que buscar, por su cuenta, la forma de calmar su sed, el Gobierno decidió hacer un recuento del estado en que se encontraba la prestación del servicio de Acueducto y Alcantarillado en la isla, fue así como surgió el Plan Director del Recurso Hídrico.

 

Y justamente, una de las conclusiones más relevantes que el plan arrojo fue que los habitantes de la isla requerían con urgencia, de otra planta que les suministrará una fuente adicional del recurso hídrico.

 

De esta manera, surge la construcción de la planta desalinizadora, que fue contratada por Findeter en el marco del contrato de asistencia técnica suscrito con el Fondo Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres (FNDGR) y financiada con recursos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

 

La planta tuvo un costo de USD $24.501.789 millones de dólares y cubre la demanda de un alto porcentaje de la población raizal, especialmente la ubicada en el sector de La Loma.

 

De acuerdo con los datos proporcionados por el Dane, la isla tiene 56.633 habitantes, los cuales demandan una dotación diaria de 125 L por habitante día, para que el servicio sea óptimo se requiere un estimado de 144.68 L/s, y actualmente con la puesta en marcha de la planta desalinizadora deja una capacidad instalada para el suministro de 137L/s.

 

En la actualidad la planta desalinizadora produce un volumen de 4.300 metros cúbicos diarios de agua, los cuales son bombeados al nuevo tanque de La Loma y distribuidos, mediante las redes de acueducto conectadas al tanque.

 

Sin embargo, de nada servía tener una planta que cubriera las necesidades de la población, sino existían unas redes de acueducto adecuadas y en buen estado que permitieran la distribución del servicio.

 

Por esta razón, al tiempo que se hacían los diseños y la construcción de la planta, se llevó a cabo la renovación de 63.5 kilómetros de redes de acueducto. Vale la pena destacar, que en la actualidad se continúa haciendo el remplazo de las redes existentes.  

 

De esto da fe Anselmo Stephens Forbes, ingeniero sanitario y ambiental de la Gobernación del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina “Nosotros necesitábamos eficiencia y efectividad, si bien se disminuyó la distancia de días en la entrega del suministro, también era necesario que el agua llegará con más presión y se minimizarán las fugas. No era suficiente con abastecer, sino teníamos un sistema idóneo de distribución”.

 

En eso también coincide Marlon O’Neill, habitante del sector Barker Hill: “Ahora sé que puedo contar con el suministro de agua todo el tiempo porque hay mejores redes de distribución, eso me da tranquilidad, los cuatro tanques que tengo permanecen llenos a toda hora, además como la utilizó para preparar la comida, ya no debo comprar con la misma frecuencia los botellones de agua, así que es un ahorro significativo”.

 

Con la puesta en marcha de la planta desalinizadora y la renovación de la red de acueducto, el panorama para los habitantes de la isla cambió. Luego de décadas de la carencia del servicio, ahora el sueño se hizo realidad: tener agua de manera continua y de buena calidad.