La masacre de la Cauchola en 1802 pasó desapercibida para la mayoría de los colombianos, sin embargo, para el pueblo del Putumayo significó prácticamente la extinción de su raza.
Este suceso fue el punto de partida en la carrera artística de María Camila Rosero, fundadora del colectivo artístico de danza contemporánea Raza Colombia y de la marca de ropa Páramo Tabanok, que busca llevar la historia y tradiciones ancestrales de su pueblo indígena Sol de los Pastos, al escenario y la cotidianidad.
La faceta artística de Rosero, después de hacer varias puestas en escena, empezó a decantarse por el fascinante mundo del vestuario, de los personajes que encarnaban historias asombrosas y reales, como las que narra el libro histórico “Putumayo el paraíso del diablo”.
Ya en la universidad de Caldas, el diseño de vestuario se convirtió en su principal pasión, sin dejar de lado su amor por la danza que la han llevado a representar su legendario Valle de Sibundoy en diferentes escenarios como las fiestas de San Pedro, el Carnaval de Blancos y Negros, entre muchos más.
Sin pensarlo mucho, Rosero decidió integrar el conocimiento de las culturas ancestrales de su pueblo natal, con la experiencia en los escenarios y crear su propia marca de ropa.
Así surgió Páramo Tabanok una marca de indumentaria que lleva tres años en el mercado, cinco colecciones y se define como dinámica y ancestral; trabaja el algodón, poliéster y tejidos en lana que son elaborados por las artesanas de Kindi Kocha, creando piezas únicas como chaquetas, busos, camisetas, tops, joggers, bermudas y pantalones.
Rosero era consciente que sus productos no estaban teniendo la visibilidad que requería para que su negocio creciera, y cualquier día viendo los anuncios de Facebook se encontró con el programa Vende Digital del Ministerio de las Tic’S, que cuenta con la asistencia técnica de Findeter.
El programa va dirigido a propietarios de negocio o mipyme, que deseen aprender sobre el uso de canales digitales para vender en línea y realizar pagos digitales, con el propósito de que sus productos o servicios lleguen a un número más amplio de compradores potenciales en cualquier lugar del mundo.
Rosero, se inscribió en el programa, y le entregaron la tienda virtual de su negocio que incluía hosting, subdominio, página web, carrito de compras, pasarela de pagos, logística de entrega, entre otros; además del acompañamiento técnico de un asesor durante 8 meses.
“Sino hubiera llegado esta herramienta no sé qué hubiera sido de mi producción, gracias a los pagos en línea mis productos ya son conocidos fuera de Sibundoy, tengo compradores en todas partes del país y los clientes se sienten más seguros de comprar en línea”, señala la diseñadora.
Fabian Serrano, tutor del programa Tiendas Virtuales asegura que la experiencia ha sido de gran provecho y muy enriquecedora porque cada vez más personas están en el auge de exhibir sus productos fuera de su entorno geográfico.
“Contar las historias del Putumayo a partir de las prendas ha sido una gran responsabilidad, somos un territorio resiliente, los jóvenes le estamos apostando a las industrias creativas, y es a través de estas técnicas artesanales que le mostramos al mundo entero nuestra historia, tradición y origen”, concluye Rosero.
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