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LA BANCA DE DESARROLLO Y SU ROL EN LA REACTIVACIÓN ECONÓMICA


La pandemia por el COVID-19 ha tenido un gran impacto en la economía, por lo que se han requerido esfuerzos por parte del Gobierno y del sector privado en aras de lograr la reactivación. En este contexto, entidades como Findeter han cumplido un papel protagónico al ser un canal efectivo para entregar recursos a entes territoriales, de manera directa y a través de intermediarios financieros, permitiendo avanzar y recuperar frentes de alto impacto como salud, educación e infraestructura.

La irrupción de la pandemia de COVID-19 en nuestro país a inicios de 2020 llevó al Estado colombiano a desplegar un conjunto de políticas monetarias y fiscales dirigidas a mitigar el deterioro de la actividad productiva. Así, el Banco de la República utilizó distintos instrumentos a su disposición con el ánimo de inyectar liquidez a la economía y bajar los costos financieros. Por su parte, el Gobierno incrementó el gasto público por medio de un conjunto de medidas fiscales contracíclicas.

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Mediante el Decreto Legislativo 444 de 2020, se creó el Fondo de Mitigación de Emergencias (FOME), un instrumento que contó con COP

43,9
billones.

El efecto de los instrumentos de política monetaria sobre el crédito privado fue positivo, pero en un ambiente económico y financiero tan atípico, se necesitó de la acción de otras agencias gubernamentales para complementar las medidas del Banco Central. Como ocurre usualmente, el efecto de la política monetaria se concentró en proveer liquidez y reducir los costos financieros en el corto plazo, al tiempo en que se intentó disminuir los costos de la intermediación financiera. En tiempos normales, este tipo de medidas hubieran sido suficientes para efectuar una política monetaria contracíclica y proteger la estabilidad financiera.

Sin embargo, en medio de una contracción económica como la que generó el COVID-19, las condiciones de liquidez a mediano plazo tuvieron cambios abruptos, por lo que el riesgo crediticio fue más alto e impredecible. En coyunturas como esta se presentan sobreajustes en las variables financieras y reales, que son ineficientes y costosos económica y socialmente. Atenuar estos sobreajustes es uno de los roles principales del sistema financiero público.

Las líneas de redescuento pueden proveer liquidez a plazos en los que las tasas han subido excesivamente a causa del incremento en los riesgos de mercado. La banca de segundo piso puede asumir los riesgos de crédito en segmentos particularmente afectados por la incertidumbre sobre la capacidad de pago de los clientes, en los que razonablemente la banca privada deja de operar. Los fondos públicos de garantías comparten el riesgo crediticio en los sectores y tipos de agentes antes descritos. Finalmente, los diferentes mecanismos de intervención de la banca pública son instrumentos eficientes para distribuir subsidios que mejoren las condiciones financieras de los agentes a quienes se quiere impactar a través de la política pública.

Dentro de este marco, se desarrollaron políticas específicas para incrementar la actividad de la Banca de Desarrollo. El resultado de estas políticas fue satisfactorio en la medida en que compensaron la prociclicidad del crédito privado. Adicionalmente, a través de estas se lograron implementar nuevas líneas de crédito que financiaron sectores estratégicos para alcanzar la recuperación del sector productivo.

Este documento presenta, en primer lugar, un breve recuento de los efectos del COVID-19 sobre la economía local para, posteriormente, describir la reacción que se gestó, en materia de política económica, para mitigar los efectos de la pandemia. Finalmente, explica el rol de la Banca de Desarrollo y, en particular, la importancia de Findeter en el proceso de reactivación económica del país durante 2020 y 2021.

EFECTOS DEL COVID-19 SOBRE LA ECONOMÍA COLOMBIANA

La irrupción de la pandemia del COVID-19, aunada a la adopción de medidas de confinamiento a nivel global y local para mitigar la propagación del virus, conllevaron un choque tanto de oferta como de demanda para la economía colombiana, al ocasionar una caída en el consumo de los hogares y, al mismo tiempo, una crisis en todos los eslabones de las cadenas de suministro.

La severidad del virus llevó a que, tras unos meses, nuestro país entrara en un período de recesión económica que se vio reflejado en una menor oferta de crédito por parte del sector financiero privado, producto del incremento en el riesgo de crédito1 , resultado del deterioro de los ingresos de hogares y empresas.

RESPUESTA DE POLÍTICA MONETARIA

Con el ánimo de inyectar liquidez al sistema y, en particular, preservar la oferta de crédito y estimular la actividad económica, el Banco de la República dispuso, entre otras medidas, i) la reducción de la tasa de política monetaria, que pasó de 4,25% a 1,75% entre febrero y septiembre de 2020, ii) la reducción del requisito de encaje, con lo que generó recursos prestables adicionales al sector financiero, y iii) la compra de más de COP 30 billones de papeles de deuda pública que estaban en poder del mercado.

Ahora bien, aun cuando la reducción de tasas por parte del emisor fue oportuna, el pass-through a las tasas de colocación se dio de forma paulatina y heterogénea entre las distintas modalidades de crédito, lo que evidenció el carácter procíclico de la oferta de crédito por parte del sector financiero privado, que se encuentra sujeta a la política monetaria, pero además a aspectos como la incertidumbre, el riesgo de crédito y la estabilidad financiera de la economía.

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RESPUESTA DE POLÍTICA FISCAL

Con el ánimo de mitigar la crisis del COVID-19, el Gobierno Nacional puso en marcha un conjunto de políticas contracíclicas dirigidas a promover la reactivación económica del país. En este marco, mediante el Decreto Legislativo 444 de 2020, creó el Fondo de Mitigación de Emergencias (FOME), un instrumento que contó con COP 43,9 billones2 para atender la emergencia y sus efectos durante 2020 y 2021 en tres ámbitos:

  • Atención de la emergencia sanitaria (COP 16,1 billones), en lo relacionado con la cobertura de salud, las vacunas para el COVID-19, y los protocolos de bioseguridad, entre otros.
  • Atención a la población vulnerable (COP 17,4 billones), mediante giros extraordinarios a los programas sociales existentes, y el Programa Ingreso Solidario, entre otros.
  • Protección del empleo y la actividad económica (COP 10,4 billones), mediante la asignación de recursos a:
  • i. El Programa de Apoyo al Empleo Formal (PAEF), creado para financiar el pago de nómina a las empresas.
  • ii. El Programa de Apoyo al Pago de la Prima de Servicios (PAP).
  • iii. El subsidio del costo de las garantías canalizadas a través del Fondo Nacional de Garantías, a partir del cual el Programa Unidos por Colombia permitió a las MiPymes, las grandes empresas, trabajadores independientes y sectores más afectados por la pandemia, acceder a financiamiento para enfrentar sus problemas de liquidez.
  • iv. Los bancos de desarrollo como Findeter y Bancoldex, que crearon nuevas líneas de crédito para apalancar la reactivación de la economía.

Igualmente, dentro de los primeros paquetes de medidas se decidió capitalizar el Fondo Nacional de Garantías, como respaldo crediticio de las líneas señaladas en el punto iii.

Posteriormente, a inicios de 2021, el Consejo Nacional de Política Económica y Social (CONPES) 4023 aprobó un paquete de medidas denominado “Nuevo Compromiso por el Futuro de Colombia”, en el cual el Gobierno prioriza la ejecución de COP 135 billones de inversión pública y privada para: i) generar empleo, ii) promover el crecimiento limpio y sostenible, iii) fortalecer programas sociales dirigidos a población pobre y vulnerable, iv) apoyar a la población rural y a las víctimas, e v) invertir en salud.

GESTIÓN DE FINDETER DURANTE 2020 Y 2021

Findeter, como aliado del Gobierno Nacional y de las entidades territoriales, desarrolló nuevas líneas de financiación con tasas y plazos favorables para apoyar la política de reactivación económica. Esto, con el propósito de contribuir a que la economía retome su dinamismo prepandemia y a que, a largo plazo, alcance un crecimiento sostenible y resiliente frente a nuevas crisis. Cabe destacar que en todos los casos las mejores tasas de interés fueron respaldadas por subsidios provenientes del FOME, con lo cual se protegió la estabilidad patrimonial de Findeter y se hizo transparente la utilización de los diferentes mecanismos de política pública.

Así, durante 2020 estructuró 10 líneas de crédito para mitigar los efectos sociales y económicos de la crisis ocasionada por el COVID19. Entretanto, durante 2021 aportó una cantidad significativa de recursos para continuar con las líneas lanzadas durante la emergencia sanitaria, y, adicionalmente, estructuró e implementó cuatro nuevas líneas de crédito directo y redescuento, dirigidas a atender la demanda de recursos para seguir impulsando la operación de entidades públicas y privadas en los diferentes sectores elegibles por Findeter (tabla 1).

Tabla 1: Líneas de crédito directo y redescuento de Findeter

L. E.: Línea Especial; T. C.: Tasa Compensada.

Línea    Tipo de crédito Tipo de línea Año
Compromiso Colombia - Inversión Redescuento L. E. 2020
Compromiso Territorios Redescuento T. C. 2020
Compromiso Salud Liquidez Tramo 5 – EPS e IPS Redescuento T. C. 2020
Servicios Públicos PPSPD Directo T. C. 2020
Compromiso Agua Redescuento T. C. 2020
Compromiso Energía Redescuento T. C. 2020
Compromiso Educación Redescuento T. C. 2020
Compromiso Reactivación Tramo I Redescuento L. E. 2020
Compromiso Reactivación Tramo II Directo T. C. 2020
Compromiso Reactivación Tramo III Redescuento L. E. 2020
Compromiso Reactivación Tramo IV Redescuento L. E. 2021
Compromiso Reactivación Multisectorial Redescuento L. E. 2021
KFW Agua II Redescuento L. E. 2021
Compromiso Valle del Cauca Directo T. C. 2021

Fuente: Findeter.

De las líneas dispuestas en 2020, la línea de crédito directo con tasa compensada Compromiso Reactivación Tramo II fue la más destacada, no solo por su cuantía (COP 0,8 billones), sino por su alcance, ya que les ha permitido a las entidades territoriales disponer de recursos con tasas y plazos favorables (tabla 2) para responder a las necesidades de la situación actual. De hecho, a 3 meses de su lanzamiento (octubre de 2020), ya se habían aprobado créditos por el 100% del valor de la línea. Además, fue tan grande su acogida en el país, que durante 2021 fue necesario solicitar una adición de recursos al FOME por COP 2,3 billones para continuar financiando proyectos.

Tabla 2. Características de la línea Compromiso Reactivación Tramo II

Plazo Hasta 10 años con hasta 3 años de
periodo de gracia a capital
Tasa de crédito directo IBR + 1,55% MV
IBR + 1,70% TV
IBR + 1,90% SV

Fuente: Findeter.

Al analizar los proyectos ejecutados con los recursos de esta línea, se encontró una clara relación con los objetivos de la política gubernamental de reactivación económica, ya que impactó de manera directa en los sectores afectados por la pandemia como educación, vivienda, energía, agua potable y saneamiento básico, salud e infraestructura. En particular, la movilización de recursos en los sectores de vivienda y energía, al incentivar la demanda de obras civiles, tuvo un impacto directo sobre la economía local.

Asimismo, frente a la generación de empleo, estos proyectos crearon más de 95.000 nuevos puestos de trabajo, (35.000 empleos directos y 60.000 indirectos). Además, cerca de 120 municipios fueron impactados de manera positiva, gracias a obras realizadas en los departamentos de Cundinamarca, Valle del Cauca, Atlántico, Risaralda, Tolima, Caldas y Meta, con lo que, en total, se vieron beneficiados más de 8 millones de colombianos (Informe de gestión y sostenibilidad 2021 de Findeter.).

Por último, en cuanto a las líneas estructuradas e implementadas en 2021, la más destacada fue la línea de crédito de redescuento Compromiso Reactivación Tramo IV, lanzada en abril (tabla 3). Esta línea tiene el propósito de preservar el tejido empresarial de las empresas del sector público y privado, utilizando los recursos en materia de capital de trabajo, sustitución de deuda e inversión. De igual manera, financió, en su orden, los sectores de i) desarrollo de infraestructura urbana, construcción y vivienda, ii) energía y iii) salud.

Tabla 3. Características de la línea Compromiso Reactivación Tramo IV

Recursos de la línea COP 200.000millones
Plazo total Hasta cinco años con hasta dos años
de periodo de gracia a capital
Tasa de redescuento IBR + 1,9% M.V.
IBR + 2.1% T.V.
IBR + 2,3% S.V.

Fuente: Findeter.

CONSIDERACIONES FINALES

Tras la irrupción del COVID-19 en nuestro país, el Estado colombiano dispuso de numerosas medidas contracíclicas, encaminadas a mitigar los efectos de la pandemia y promover la reactivación económica.

Mientras que el crédito privado, al tener una naturaleza procíclica, no reflejó plenamente el carácter expansivo de la política monetaria del emisor, la Banca de Desarrollo colombiana pudo responder con mayor amplitud al embate de la pandemia, ya que logró diseñar e implementar nuevas líneas de crédito acordes con la política de reactivación económica del Gobierno Nacional, apoyando durante 2020 y 2021 a los sectores más afectados por la crisis.

Findeter, en particular, sobresalió durante el último bienio gracias a su capacidad para traducir los recursos de la Nación en líneas de crédito capaces de promover la reactivación económica de los territorios del país, implementando, incluso, líneas de crédito directo, un esquema novedoso para una entidad de su naturaleza. Así, logró impactar sectores clave para la economía colombiana como educación, vivienda, energía, agua potable y saneamiento básico, salud e infraestructura. Todo esto, sin afectar su solvencia y su estabilidad financiera como entidad.

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La movilización de recursos en los sectores de vivienda y energía, al incentivar la demanda de obras civiles, tuvo un impacto directo sobre la economía local.